Los golden retriever son juguetones y fieles y mantienen su personalidad de cachorros en su edad adulta. Los cachorros golden retriever pueden ser simpáticos, pero necesitan abundante socialización y adiestramiento para saber comportarse bien cuando sean adultos (es decir, cuando sean más grandes pero aún quieran sentarse en tu regazo).
Activos y fuertes, los golden retriever no son torpes en absoluto. Tienen un pelaje dorado, grueso y relativamente largo y una constitución robusta. Sus orejas son cortas, su hocico es recto y su cola, que no suele estar quieta, tiene abundante pelo. Por lo general, su pelaje es dorado o rojo, aunque los golden retriever británicos también pueden presentar un color crema.
A los golden retriever les encanta divertirse: disfrutan jugando a traer la pelota o nadando e intentarán perseguir a aves acuáticas si tienen la oportunidad. Su energía de cachorro se mantiene hasta la edad adulta y es bastante fácil adiestrarlos. El carácter del golden retriever lo convierte en una estupenda mascota para las familias, ya que son tremendamente leales a sus humanos. Les encanta la compañía y no se sentirán bien si se quedan solos durante mucho tiempo.
Los golden retriever mudan de forma moderada con cierta frecuencia. Su pelaje es resistente al agua, por lo que solo necesitan un baño ocasionalmente. Una o dos veces al año mudan fuertemente, por lo que es recomendable cepillarlos a diario durante este período.
Por lo general, los golden retriever son una raza sana, pero sus dueños deberían revisar sus oídos para detectar señales de infección y cepillar sus dientes regularmente. El National Breed Club de Estados Unidos recomienda lo siguiente para tu golden: evaluación de caderas y codos, examen cardíaco y revisión oftalmológica.
Lamentablemente, los golden retriever tienen una mayor tendencia al cáncer que otras razas. Por tanto, asegúrate de proporcionarle a tu perro una dieta sana y de cumplir con las revisiones veterinarias periódicas.